La eficacia tiene que ver más con producir el efecto deseado, esto es, conseguir el objetivo, que con los
esfuerzos, capacidades y medios puestos para lograrlos.
Según Pablo
Maella son seis los factores principales que estructuran la eficacia
individual: simplificación, suerte, capacidad, automotivación, autogestión,
responsabilidad. Pasemos a definir estos componentes en relación con los resultados
al desarrollar una tarea que nos ha sido encomendada.
Capacidad: conocimientos,
habilidades y actitudes necesarias para efectuar la tarea y llegar al
objetivo. Para acceder a un puesto de trabajo, es necesario disponer de las
capacidades adecuadas al mismo.
Automotivación: aptitud para
esforzarse lo necesario para conseguir el resultado esperado. Alguien
motivado, se percibe que se esfuerza más.
Autogestión: competencia
para decidir y obrar según sus criterios, que tiene el trabajador. Para
poder desarrollar este factor, es necesario que la empresa cumpla tres
condiciones:
1.- Clarifique las tareas y los objetivos.
2.- Facilite los
recursos mínimos.
3.- Dar autonomía para actuar y conseguir los objetivos.
Simplificación: buscar la manera de hacer más sencillo cualquiera de los cometidos.
Suerte: hechos y situaciones
de la realidad externa, que el sujeto no puede controlar y que afectan a la consecución de los
objetivos. Gestionar proactivamente las consecuencias ocasionadas por la
mala suerte, es necesario.
Responsabilidad: impulsor de la eficacia, nos mueve a asumir los compromisos y deberes del trabajo. Nos lleva
a poner todo el esfuerzo para actuar eficazmente, aunque algunas variables no
dependan de nosotros.
Conclusión: gestionar la eficacia de las personas en las organizaciones
empresariales tiene grandes ventajas tanto para el individuo, porque
adquiere una mayor competencia profesional, como para la organización que ve crecer y mejorar sus resultados y
en consecuencia la organización también es más eficaz.
Recurrir al Coaching empresarial es
una buena solución para descubrir las habilidades del empresario y de su
equipo poniéndolas al servicio de las metas planteadas, mejorando las
estrategias.
El Coach empresarial ayuda a descubrir los puntos fuertes del
empresario, a crear un plan para
mejorar el liderazgo y facilita el acercamiento entre los trabajadores. Le
ayuda a encontrar las estrategias para conseguir un negocio más próspero, a
través de una evaluación de los recursos disponibles.